La ciudad del Puerto de la Cruz está situada dentro del Valle de Orotava, y es uno de los centros turísticos más importante de la isla. Sus orígenes datan del siglo XVI, vinculado a la actividad comercial y portuaria. Dependía del municipio de La Orotava, hasta que a mediados del siglo XVII forma un núcleo propio. A finales del siglo XIX el turismo comenzó a coger un peso significativo en la economía local, siendo durante los 50 y 80, los años del gran boom turístico. Empezamos el itinerario por la playa de Martiánez, una playa natural de arena volcánica, protegida en parte por una escollera artificial, y una de las más populares de la ciudad.
Al lado mismo, el complejo Costa Martiánez (1977), erigido para dar al municipio un lugar más atractivo donde poderse bañar. Diseñado por César Manrique, transformó este trozo de litoral en una obra donde combinó la arquitectura tradicional canaria, complementada con elementos vegetales de flora autóctona, originales esculturas y piedra volcánica. Dispone de un lago artificial, en el centro, con 27.000 metros cúbicos de agua del mar, así como varias piscinas, tanto para adultos como para niños.
Siguiendo caminando por la Avenida Colón, se encuentra la ermita de San Telmo (1780). De planta rectangular, fue erigida por el gremio de mareantes y dedicada al padre dominico San Pedro González Telmo, patrón de los marineros. En la plazoleta exterior, estaba la Batería de San Telmo, una de las cuatro construidas por la costa del antiguo Puerto de La Orotava, para defenderse los ataques de los piratas. Seguimos por el paseo, y se ve una pequeña cala formada por las erupciones volcánicas de 1430.
Las antiguas lenguas de lava al enfriar en contacto con el aire y el mar formaron estos arrecifes basálticos que dieron lugar a xarcos que se ‘llenan y vacían con la acción de la marea. Al lado, está la playa de San Telmo, de arena negra. Desde arriba, un mirador, y la terraza de un restaurante permiten tener unas vistas magníficas.
Tiramos por la calle Quintana, donde está la iglesia de Nuestra Señora de La Peña de Francia. Fue construida cuando los vecinos decidieron transformar la pequeña ermita existente en este lugar en una iglesia. Las obras se iniciarán en 1684, y la torre, de estilo neogótico, fue construida dos siglos después.
De planta rectangular con tres naves separadas por columnas de tipo toscano-romano y arquería de medio punto. Más tarde, se incorporaron el conjunto de capillas rectangulares. En el retablo mayor está la imagen de la virgen del mismo nombre que la iglesia, que es una de las patronas de la ciudad. Como curiosidad, hay la Capilla de San Patricio, que es el resultado de la importancia de la presencia de las familias irlandesas que llegaron tiempo atrás. En la misma calle, también está la iglesia de San Francisco y ermita de San Juan Bautista. Hoy en día, forman una sola edificación. La ermita fue edificada durante los años 1599-1608 por Juan de Tejera. A su lado, la iglesia que es el único que se conserva del antiguo convento franciscano. De carácter ecunèmic, se utilizado por las diferentes comunidades extranjeras de religión cristiana que hay en el municipio.
Enfrente, la plaza de Víctor Pérez (1904), construida en honor al médico que fue un pionero del turismo y uno de los promotores del Gran Hotel Taoro.
Y llegamos al final de la calle en la plaza del Charco, en pleno centro del Puerto y la más emblemática, rodeado de palmeras y laureles de Indias, traídos de Cuba 1852, y sus locales de hostelería donde se pueden probar las papas arrugadas con mojo, una de las tapas típicas de la isla.
Seguimos por la costa, y al lado de la playa Jardín, se encuentra el castillo de San Felipe (1641-55), una pequeña fortaleza, de planta pentagonal y de estilo colonial, que se usaba para defender el puerto viejo de los ataques de corsarios y piratas.
Volviendo hacia el centro, junto a un campo de fútbol, está el Peñon del Fraile. Sobre una piedra volcánica, donde un fraile del siglo XVIII se refugiaba para sus oraciones, el italiano Luis Lavaggi construyó una escalinata de piedras, 1813, con un pequeño terraplén arriba de la cúspide, adornado con una cruz. En 1855, se construyó el templete.
Llegados de nuevo a la plaza del Charco, giramos hacia la calle Santo Domingo, donde se encuentra la Plaza Europa. con diferentes niveles y forma de fortaleza abalconada sobre el mar, diseñado por Luis García Mesa que se inspiró en las antiguas fortalezas que defendían la isla. Ante está el Ayuntamiento.
Aparte de esto, la ciudad ofrece más atractivos como el Loro Parque, un parque temático muy publicidad por la isla y que es uno de los lugares más visitados, y recomendable para pasar unas horas en él.
También está el Jardín Botánico, creado en 1792, por el Marqués de Villanueva del Prado, por orden del rey Carlos III, para establecer en la isla un terreno donde aclimatar las especies procedentes de América y Asia, ya que las que había preparadas en Aranjuez y Madrid, no dieron muchos resultados debido al rigor del invierno.